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Channel: BULTACO - FANTIC MOTOR / BUILT TO GO
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Impalada 2011

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El sábado 18/06/2011, se celebró la tradicional Impalada, jornada motorista dedicada al mítico modelo de Montesa, que cada año se celebra en Barcelona. Este año la salida se realizó desde el restaurante Mas Corts en Sant Fost de Campsentelles y participaron unas 230 motos.
De entrada, debo decir que siento cierta envidia por la inexistencia de un acto de caracter similar para el modelo equivalente de mi marca, Bultaco, pero en el fondo hay algunos motivos para ello, los modelos icono de cada una de ellas para carretera, Metralla e Impala, nacieron con metas muy distintas. En Bultaco se persiguió desde el principio la deportividad y las prestaciones por encima de todo, que inició la saga con la Tralla 101, mientras que en Montesa se buscó la funcionalidad, la simplicidad, la fiabilidad (no lo digo yo, lo dice Leopoldo Milá, su principal artífice). Ambas marcas ampliaron gama, Bultaco con modelos descafeinados de Metralla (sobre todo por carecer de capacidad económica y material de evolución) y Montesa con modelos vigorizados de Impala. Esos otros modelos y evoluciones, para que los incondicionales de cada marca puedan tener una moto a su medida, pueden ir muy bien y ser muy acertados (ver p. ej. enlace a "futuraescuderia"), pero la imagen de marca de cada modelo, esa que ahora en el mundo actual se persigue con tanto ahinco, para mí está muy clara: Metralla es deportividad, Impala es funcionalidad. Y esto último es para mi el gran éxito de la popularidad de la Impala.

La Metralla es un “pepino” de serie, sin necesidad de tocar nada, es una moto radical, dura de tacto y por tanto no apta para todos.
La Impala es una moto para todos los públicos, de conducción dulce y funciona muy bien; por ello ha sido la moto de muchos aficionados, expertos, noveles o simples usuarios, y ha conseguido hacerse un hueco en la memoria sentimental de muchas personas, que es la más perdurable de todas. La Impala ha compartido muchas experiencias con gente muy diversa y para mí ese es su secreto.
Este año Eugeni me dejaba una Impala para participar, y aunque no podía dedicar más que parte de la mañana del sábado, acepté su propuesta sin dudar. Lamentablemente el primer contacto con la moto fue el viernes a última hora de la tarde. Eugeni la pone en marcha de forma periódica, así que no se preveian complicaciones. Comprobamos presiones, puesta en marcha y motor al ralentí, mientras, Eugeni cierra el garaje y se va. Nos quedamos Ernest y yo. Se para y no arranca, falta gasolina, empujando hasta casa de Ernest. Ponemos un par de litros, pero tampoco. Cuesta abajo, .... nada, cuando me doy cuenta ya he hecho 200 metros en bajada con fuerte pendiente. No tenemos ningún recambio de la Impala. Decidimos seguir en punto muerto hasta Motos Rubio, 1,5 km de bajada. Persiana cerrada, se ha muerto la suegra de Francesc (al que desde aquí doy mi pésame). Ernest va a su casa a por algunas herramientas. La gasolina no baja, moto al suelo, desmonto el grifo, saco todos los filtros y parece que ahora este problema se ha resuelto. Patada y arranca, pero muy ahogada, vamos a poner gasolina, pero la moto solo va en 1ª y casi al ralentí. Repaso mi equipo, no llevo simbología de Bultaco, ni el pin que me pongo para ir a la Montesada ... ¡la cartera es de Bultaco¡, debe ser eso.
Ernest saca una multiusos de moto (muy práctica), abre el aire casi a tope y parece que mejora, pero es una ficción. Miramos la serie del carburador, es un 627, Ernest lleva en su Impala un 622. La moto no puede tragar tanta gasolina, son las 9 de la noche del viernes, adiós a la Impalada. Consigo llevar la moto hasta casa de Eugeni, pero no está el ni sus padres, tengo mi Scoopy dentro y no puedo dejar la Impala ni irme en moto, menos mal que Ernest, que hoy ha sido mi angel de la guarda, vive al lado y me deja su Scoopy, idéntica a la mía.
Cuando llego a casa llamo a la ídem de los padres de Eugeni, para intercambiar motos, me dicen que han salido, que volverán en un rato, a mi interlocutora le suena raro lo de la moto, pero me dice que puedo pasar a dejarla, después de un par de minutos hablando veo que algo no cuadra, resulta que el número es correcto, pero se dio de baja y ahora lo tiene otra familia, conversación marxista (de Groucho).
Internet esta muy bien, pero como el trato en persona no hay nada, así que decidí ir a ver la salida, saludar por primera vez a varios amigos virtuales como Oscar, a quien por fin conocí, junto a su mujer, después de 2 años, Toni López, Jaume Domínguez y a otros a los que casi no veo pero que me hacía mucha ilusión encontrar como Julián. O como Pep, uno de los artífices de esas preciosidades de la “futura escudería”, Jordi Arandes, Pep Rossinyol a quien ni pude saludar pues se le acababa de romper ¡el grifo de gasolina¡ y andaba loco buscando uno. Por supuesto no podían faltar otros amigos habituales como Nacho, Ernest y Eugeni.

Eugeni-Ernest-Julián-Fernando
 
Estaba allí a las 8,00 y habría unas 20 motos, a las que hacían pasar por un fondo para hacer una foto de moto y propietario, de repente empezaron a llegar grupos cada vez más numerosos y de golpe una marea de Impalas que colapsaron la entrada y el retrato de participantes.

Las motos participantes (al fondo las carenadas)

La Impala 250 USA de Oscar, que esperamos ver el año que viene

Al cabo de un par de horas, de encuentros, saludos y compartir recuerdos, vi como la caravana se puso en marcha.

Hasta aquí un aperitivo de crónica, pero si quereis ver la que a todos, entre los que me incluyo, nos hubiera gustado escribir: 
http://montesakingscorpion.blogspot.com/2011/06/impalada-2011-la-primera-si-dios-quiere.html
Sabe captar con maestría todo lo que hace que estemos enganchados a esta afición, que es capaz de reunir a gente de tan diversa procedencia, edad y condición.

Posdata: el domingo fui a devolver la Scoopy a Ernest y nos volvimos a reencontrar con Eugeni. La causa de la “avería” estaba identificada y solucionada. Eugeni había sustituido recientemente el Amal que la moto llevaba, por otro que le dieron en Comercial Galicia para Impala, el par de veces que la puso en marcha, lo hizo en parado y no pudo notar nada; volvió a poner el Amal 622 (que tenía agrietada superficialmente la cubeta) y la moto iba como un reloj, como pude comprobar. Y es que las motos se averian siempre por causas objetivas, no hay más que encontrarlas (aunque eso en ocasiones, que no en esta, cueste Dios y ayuda). Doy las gracias a Eugeni, y espero que el año próximo me vuelva a dejar una Montesa; si hubiera ido el jueves a probarla o si hubiera pasado antes el viernes, pero.....
En fin, me ha servido como preparación de la del año que viene, a la que me gustaría no faltar, igual que espero que lo hagan, además de los amigos de este año, los simpáticos José Mª y Oscar.

Nueva Postdata: el Amal 627 se puede montar en la Impala, pero con una serie de reglajes a medida, que incluyen cambio de surtidor principal y secundario, ajuste de entrada de aire muy abierta y de posición de la aguja; en cualquier caso tampoco podríamos haberlo solucionado el viernes, pero si con tiempo y las piezas adecuadas.

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