Este año, después de haber ido a ver el ambiente en varias Impaladas, he aceptado el generoso ofrecimiento de Nacho, que antes me hicieron Eugeni, Pep y Joan, para participar en esta gran fiesta que se celebra desde hace más de 25 años.
Para acabarlo de redondear, me ha ofrecido una auténtica y exclusiva joya, como es la Texas 175, que para aquellos que no la conocen vendría a ser como una Impala Trail.
Esta moto ha formado parte de mi entorno desde hace más de 40 años, primero fue la moto de Jorge, gran amigo mío, compañero de estudios y hermano mayor de Nacho, al que traspasó más tarde. He seguido todas las vicisitudes de la Texas, sus cambios y modificaciones, algunas de ellas hechas en el taller que tenía en mi casa, así como la restauración final que le ha devuelto todo su esplendor. Por todo ello a esta moto le tengo una simpatía especial y hacer una Impalada con ella me llena de satisfacción.
Dado que la moto estaba fuera de Barcelona, hemos dedicado un par de días entre recogerla y acabarla de repasar junto con la Impala. El pasado 24/05/2015, recogí a Nacho con remolque y subimos con su Impala al pequeño taller que tiene en el Ripollés.
Nacho, delante de sus máquinas
Nada más llegar, arrancamos ambas motos y salimos a dar una vuelta y probar que tal iban. Aparte de despistarnos ambos con la posición del grifo de la gasolina, y pararse ambas motos, excitar y volver a arrancar, todo funcionó correctamente.
La Texas tiene cuatro marchas, las tres primeras bastante juntas y una cuarta muy desmultiplicada, que te obliga a estirar la 3ª hasta unos 70-75 km/h para poder meter la 4ª. Esta configuración sin embargo es la adecuada para montaña, en la que funciona muy bien con las tres primeras marchas. Nacho tiene en mente colocar un plato con dos dientes más que disminuiría el salto entre 3ª y 4ª, recortando muy poco el desarrollo. Por lo demás ..... perfecta, algo por otro lado nada extraño en la moto que ganó el 1ª Premio de clásica mejor restaurada en la Montesada de 2008.
Nacho hizo un trabajo minucioso, dejó la moto como nueva y eso se nota, es un gustazo, poder tener las mismas sensaciones de conducción que se obtendrían de una moto nueva en el lejano 1966.
En la Impala rectificó los tambores y colocó mordazas nuevas, el resultado es que el doble leva delantero tiene una potencia de frenada espectacular.
En la Impala rectificó los tambores y colocó mordazas nuevas, el resultado es que el doble leva delantero tiene una potencia de frenada espectacular.
Impala 175 Sport
De vuelta al taller, hicimos limpieza de carburadores y filtros, comprobación de tensado de cadena, luces y una larga lista de chequeo que Nacho, siempre tan minucioso, había preparado (se nota que es ingeniero).
En la Impala, Nacho se decidió a ajustar el avance, dado que hace tiempo que había cambiado los platinos y el desgaste, por pequeño que sea, modifica este ajuste. La moto iba bien, pero hay algo llamado "perfeccionismo" que a veces nos obliga a algunos a no contentarnos con lo que tenemos y buscamos algo más. El problema es que en ocasiones no siempre encontramos lo que esperábamos.
"Maese" Nacho comprobando el avance
Comprobando la bujía
Al mediodía Nacho me llevó a comer al Pont9, en Camprodón, donde con una espectacular vista del puente medieval sobre el Ter, pasamos un muy buen rato. Por la tarde, probamos otra vez las motos.
La Impala respondía ahora, aparentemente, mejor que antes; terminamos de montarlo todo y salimos a dar otra vuelta, pero ahora con otras dos motos del parque disponible: una Enduro 250A y una Cota 348 Trail, ambas totalmente restauradas y en perfecto estado de funcionamiento. Estamos hablando de motos de unos 35 años, casi nada. Pese a que las motos actuales son mucho más evolucionadas y técnicamente superiores, para disfrutar de la montaña, ambas siguen siendo perfectamente válidas.
Enduro 250A y la Cota 348 Trail de Jorge
Este fin de semana, ya en Barcelona, hemos dedicado el domingo a limpieza, repaso general y a corregir el ajuste de avance que hicimos en el taller de Nacho.
La Karcher es un equipo muy práctico, pero yo al menos le tengo mucho respeto, si no se utiliza con cuidado puede provocar más de un desaguisado.
Cuando Nacho comprobó el avance la primera vez, estaba a 0,20; el reglaje nominal es 0,40, y con este último lo dejó.
Durante la semana siguiente, hizo una prueba en carretera, más larga que la que hicimos nosotros, y la moto no iba fina. Nacho hizo un par de consultas y le recomendaron que aunque el avance de libro es 0,40, lo más adecuado es 0,30-0,35. Así que esta mañana lo ha vuelto a ajustar, y después de probarlo en carretera un buen rato, me ha indicado que ahora funciona correctamente, y siempre. Perfecto.
La Texas 175 y la Impala Sport 175, a punto para la Impalada.
Texas 175, una bella máquina